lunes, 31 de mayo de 2021

 El debate presidencial de la noche del domingo último, entre Fujimori y Castillo, a nuestro entender tuvo la virtud de confirmar los temores que nos inspiraba el muy bien camuflado y pernicioso proyecto populista de keiko Fujimori y que por lo sustentado con una sardónica exposición; pretende revertir él hasta ahora consistente rechazo popular y allanar el camino a su elección como mandataria de la Nación;  

Impúdica e irresponsablemente centrar su discurso, en el demagógico ofrecimiento de disponer libremente de los fondos públicos, restaurar ese viejo y corrupto estado patrimonial-paternalista impuesto por su progenitor en la década de los noventa, reparto indiscriminado de bonos, aumentos de sueldos, irracional  e inconsistente ofrecimiento de construcción de infraestructura sanitaria, educativa, exoneraciones tributarias, en fin todo un impresionante cúmulo de promesas, junto a esas consabidas adjetivaciones, terruqueos,  insultos;  azuzar odio y confrontación entre ciudadanos y así reinar sin mayor dificultad.

Promesas, que siendo irrealizables en una gestión tan corta como la presidencial lo que más debe llamar la atención a los peruanos es ese recurrente desprecio e irrespeto por el orden Constitucional, permanente obstrucción a la acción de la justicia y llevar una pesadísima mochila de delitos cuya sentencia solicitada por la Fiscalía es de 30 años. ESTAMOS NOTIFICADOS