“LA DESCENTRALIZACIÓN Y REGIONALIZACION ¿HORA CERO?
Gustavo Guerra García comentarista del diario 16 de la ciudad de Lima en
un interesante y bien documentado artículo, titulado “LA
DESCENTRALIZACIÓN EN EL DEBATE”, publicado el día de
hoy, 6 de Mayo del 2014; aborda la necesidad
de la irrestricta defensa del proceso de descentralización político-administrativa
del Estado peruano. Ello evidentemente como una oportuna y justificada respuesta del
sector peruano pensante a la innoble y furibunda agresión de que es objeto las
regiones y con ella los gobiernos regionales; por parte de una prensa venal, mercenaria y reaccionaria
puesta al servicio de corruptos y sólidos grupos de poder fáctico asentadas en
la capital Lima, con el evidente propósito de deslegitimizarlos, desprestigiarlos
y finalmente lograr su desactivación.
Evidentemente su detenida lectura servirá definitivamente para dar
luces a la clase política provinciana, líderes y dirigentes gremiales, profesionales,
intelectuales, trabajadores, estudiantes, obreros y campesinos a comprender
que la única y última posibilidad de modernizar y democratizar la colonial, obsoleta
y anacrónica estructura centralista peruana; posibilitar el desarrollo de los
pueblos del Perú profundo, lograr mejorar los niveles y calidad de vida de la
población, superar los alarmantes niveles de analfabetismo, desnutrición, e incorporar a la estructura estatal a
importantes sectores de la población históricamente excluidos; es asumiendo
comprometidamente la defensa del Proceso
de Regionalización, por necesidad histórica, por los importantes logros y
avances obtenidos en estos años de aplicación, pues según Guerra García, “hay importantes avances en la gestión pública
regional. Estudios importantes demuestran que la asignación de recursos ha
estado más cerca de atender las brechas que las asignaciones nacionales y que
la prioridad de asignación de gasto se aplican a sectores prioritarios: caminos
departamentales y rurales, salud, educación y agricultura.
Hoy una campaña mediática orientada a
tratar de desactivar la descentralización con añoranzas de la década de los 90,
está soslayando muchísimas mejoras que se han dado en los gobiernos
descentralizados”. Claro aunque la
defensa del proceso de Regionalización
como es lógico comprender presenta también limitaciones y serias dificultades las
que necesaria e impostergablemente deban ser modificatorias y reajustadas básicamente a su
estructura administrativa; definición e inserción de competencias fundamentalmente políticas del Gobierno Regional, de su presencia y rigurosa
fiscalización en los más altos niveles de decisión política a fin de evitar los
tradicionales escamoteos de la burocracia dorada, reestructurar y redefinir competencias
y responsabilidades de sus autoridades,
periodos de gobierno y todo lo relacionado a rígidos mecanismos de fiscalización y control político-administrativo.
Solamente en esta medida es que el proceso de regionalización podrá
perfeccionarse y finalmente constituirse en el más efectivo instrumento de materializar
la formulación doctrina de “respeto a la expresión soberana de la voluntad
popular”, de representación democrática y
de consecuente y equitativo desarrollo
nacional”.
“En
la década de los 90, el Perú era uno de los países más centralizados del mundo.
El Gobierno Nacional se denominaba por ese entonces Gobierno Central y cuatro
ministerios manejaban el 70% de los recursos totales del país. En 1997, el
Gobierno Nacional administraba el 97% de los recursos de inversión y los
gobiernos locales solo el 3% de los recursos de
inversión”.
Esta
situación hoy se ha modificado de forma sustantiva y los gobiernos locales
administran casi la mitad de los recursos de inversión y los gobiernos
regionales un monto de inversión semejante al del gobierno nacional.
En resumen, el Gobierno Nacional en 21
años pasó de ejecutar el 97% de los recursos de inversión a entre la cuarta
parte y la tercera parte del total, mientras que los niveles subnacionales
pasaron del 3% a entre dos tercios y tres cuartos del total, dependiendo
del año. Cuando se ejecutó la descentralización se trasladaron las competencias
del gobierno nacional a cargo de los Consejos Transitorios de Administración
Regional a los nuevos Gobiernos Regionales. Y eso significó principalmente el
traslado de las competencias asignadas a las direcciones regionales de varios
sectores en donde el grueso de los recursos corrientes eran los gastos
regulares de educación, salud y
servicios agrarios. Los gobiernos regionales iniciaron con el hueso del Estado
–pues esos recursos eran principalmente la planilla de esos tres sectores– y
luego vieron ampliar sus fondos de inversión como consecuencia del crecimiento
de la recaudación del IGV y por efecto de los recursos del canon, sobre canon y
regalías. El crecimiento de China e
India impactaron sobre los valores de los metales y gracias a que durante el
gobierno de Alejandro Toledo la fórmula del canon pasó del 20 al 50% del
impuesto a la renta de las actividades extractivas, el efecto conjunto generó
un crecimiento de 400% en los presupuestos de inversión regionales entre el
2006 y el 2010 y ha seguido subiendo. El crecimiento explosivo de la inversión
pública regional y local y los controles del MEF para contener el aumento del
gasto corriente de sus unidades ejecutoras condicionó una cierta
disfuncionalidad en la institucionalidad sub-nacional pues mientras la
inversión creció por el ascensor, la capacidad de contar con más personal
profesional y con mejores escalas remunerativas crecía por las escaleras. Aun así hay importantes avances en la
gestión pública regional. Estudios importantes demuestran que la asignación de
recursos ha estado más cerca de atender las brechas que las asignaciones
nacionales y que la prioridad de asignación de gasto se aplican a sectores
prioritarios: caminos departamentales y rurales, salud, educación y
agricultura.
Hoy una campaña
mediática orientada a tratar de desactivar la descentralización con añoranzas
de la década de los 90, está soslayando muchísimas mejoras que se han dado en
los gobiernos descentralizados. Algunos de ellos son los siguientes:
aumentó el gasto en mantenimiento de caminos rurales y departamentales que
estaban abandonados por el MTC, se aumentó el gasto en mantenimiento de la gran
infraestructura de riego con la descentralización de INADE y los proyectos más
importantes de mejora de la calidad educativa se han dado en regiones como San
Martín y Piura. Si hoy hay regiones
(como Tacna, Moquegua etc.) con mejores indicadores de calidad en la educación
que en Lima, administrada por el Ministerio de Educación, también tiene que ver
con que los gobiernos regionales están más expuestos a la presión social de sus
comunidades y se ven forzados a responder con efectividad. En los países desarrollados, las
competencias se asignan a los más bajos niveles de gobierno con prioridad y
solo se dan a los niveles superiores competencias por economías de escala o
alta necesidad nacional. Además, así han construido ciudadanía significativa.
Que la fiebre electoral y los problemas de corrupción en algunas regiones no
nos hagan perder de vista las ventajas de ser un país con un Estado nacional
descentralizado.