miércoles, 24 de diciembre de 2008

QOSQO AYER Y HOY 13

CONMEMORACIONES HISTORICAS Y RECUENTOS NECESARIOS
ANTROPOLOGO ALFREDO GERMAN CORNEJO PARDO


Uno de los objetivos centrales junto al de revalorar el aporte de ilustres personajes cusqueños y cusqueñistas al desarrollo de la Ciencia, el Pensamiento Político Social, la Cultura, y el arte en nuestra ciudad; propuestos para aperturar el bloger “Qosqo ayer y hoy” como columna de comentario y análisis antropológico, precisamente es el de “contribuir decididamente al rescate del olvido, para el recuerdo, el justo homenaje, y la perennización en la memoria colectiva cusqueña y el registro de la Historia Política Regional y lógicamente Nacional, de hechos y acontecimientos sociales, políticos y culturales de los últimos cincuenta años que, definitivamente marcaron el devenir histórico y el ascenso al privilegiado rol de liderazgo en los diferentes espacios del quehacer y convivencia humana y particularmente en el político de Cusco y con ella, su combativa clase trabajadora representada por la Gloriosa Federación Departamental de Trabajadores del Cusco, privilegiada condición y al mismo tiempo delicadísima responsabilidad para un pueblo y una ciudadanía con niveles de conciencia nacional, cívica y política lo suficientemente esclarecidas como para adoptar actitudes y acciones contra el sistema los diferentes gobiernos de turno, y de recusación frontal a nefastas y antipopulares políticas económicas aplicadas a espaldas y en perjuicio de un indefenso e inerme pueblo; con claras y definidas posiciones anti oligárquicas y anticentralistas, ávidas de mejoras no solamente en el aspecto infraestructural tan venido a menos como consecuencia de los devastadores efectos del sismo del 50 sino también el aspecto político y social, particularmente en el laboral (por ej. La eliminación del trabajo gratuito, jornada de ocho horas, aumento de sueldos y salarios etc), en educación, salud, vivienda, etc. en síntesis, exigencias auténticamente democráticas y requisitos elementales para el logro de una justicia social.

En este secular y conflictivo contexto histórico descrito lúcida y detenidamente por estudiosos e investigadores sociales, como bien podrá imaginarse Ud. Amable lector es que, en la antigua Capital del Imperio de los Incas; en el Qosqo Inmortal, particularmente en las últimas cinco décadas, se sucedieron una serie de acontecimientos de trascendente significación política y social que culminaron con la configuración del nuevo escenario nacional y con ella el surgimiento de los nuevos actores y protagonistas políticos que, lamentablemente los gobernantes de turno, los círculos político-oficiales los grupos de poder económico y la burguesía nacional, simplemente no supieron o no quisieron evaluarlos, comprenderlos y situarlos en su real dimensión; es más, de espaldas a la realidad redujeron su accionar como ya es tradicional en el Perú a la compulsiva aplicación de irracionales políticas represivas que si bien controlaron momentáneamente el creciente descontento popular, no tuvieron la inteligencia y capacidad de solucionar los problemas de fondo, proponiendo alternativas serias, integrales y viables de mediano y largo plazo como el de construir un Estado fuerte y Soberano al servicio de la Nación y de su ciudadanía, de brindar el bienestar, seguridad y plena realización de la persona humana, una equitativa distribución de la riqueza nacional, la racional explotación de nuestros ingentes recursos naturales, una firme y decidida presencia en el contexto internacional.

Precisamente el año que viene culminado y de modo casi inadvertido sobre todo para las organizaciones gremiales y políticas comprometidas se ha cumplido coincidentemente 50 y 35 años de dos acontecimientos políticos trascendentales que en su momento graficaron excepcionalmente la actitud contestataria del pueblo del Cusco y de sus organizaciones representativas particularmente de la Gloriosa Federación Departamental de Trabajadores, (FDTC) y la Federación Universitaria Cusco (FUC).

El primero de estos citados acontecimientos es el ocurrido el 10 de Abril de 1958, y que de acuerdo con la fuente histórica, no es sino la culminación de todo un complejo proceso político de iniciado el año de 1948 con el golpe de Estado gestado y ejecutado por el general Manuel Odría luego continuado por el gobierno de la convivencia encabezado por Manuel Prado, regímenes caracterizados por su desembozado contenido entreguista, represivo y antipopular y en el que la titánica labor de organización, compromiso, lealtad, consecuencia, honestidad, capacitación y lucha gremial de ilustres dirigentes, una emergente y combativa clase trabajadora marcaron un trascendental hito en la historia sindical del Perú y del mundo , la misma que es sintetizada por José Sotomayor Pérez a la sazón militante del Partido Comunista Peruano, estudiante universitario, dirigente sindical, en su opúsculo “CUSCO 1958 ANALISIS TESTIMONIAL DE UN MOVIMIENTO URBANO”.- de la siguiente manera “los acontecimientos del 10 de Abril de 1958 en la ciudad del Cusco, que culminaron con la fugaz formación de un gobierno popular, no fueron producto de la casualidad, sino del resultado necesario de un prolongado proceso de agudas luchas sociales que, desde décadas atrás, enfrentaban a campesinos contra terratenientes a obreros contra burgueses, y en general al pueblo empobrecido contra gobiernos locales, defensores fieles de los intereses de las clases dominantes. Ahora bien, la Federación de Trabajadores del Cusco (FTC), Hoy Federación Departamental de Trabajadores del Cusco (FDTC), jugó un papel importante de enorme importancia, logró aglutinar durante un a larga etapa de su historia, a lo mejor y más avanzado del pueblo trabajador en el seno de su núcleo dirigente”( pag.11).ed. Centro de Estudios Rurales Andinos “Bartolomé de las Casas” Cusco 1984.

El segundo acontecimiento político que comentamos y se conmemora el 2008 nada menos que 35 años de la violenta asonada ocurrida el 23 de Noviembre de 1973, promovido por dirigentes de la Federación Universitaria y apoyada por cientos de estudiantes, trabajadores y militantes de partidos políticos tanto de izquierda como de derecha el mismo que culminó con el incendio y destrucción parcial de una de las emblemáticas casonas coloniales de la calle Marqués, el desencadenamiento de un ambiente de violencia y serios enfrentamientos de los revoltosos con las fuerzas del orden luego la declaratoria en emergencia de la ciudad, el toque de queda y “suspensión de las garantías constitucionales” para culminar con la aplicación de una indiscriminada ola represiva que puso entre rejas a decenas de dirigentes de partidos políticos , estudiantes universitarios y ciudadanos comunes y corrientes Evidentemente eran épocas de efervescencia y elevada calentura generada por el proceso revolucionario dirigida por el general Juan Velasco Alvarado; entusiasmo y singular satisfacción particularmente para militantes y trabajadores públicos identificados con las reformas estructurales y sustanciales cambios tanto en el aparato estatal, como en la economía nacional, de otro lado políticas que se orientaron a un importante sector del campesinado beneficiado por la aplicación de la ley de reforma agraria y para la clase trabajadora, que posibilitaba su participación no únicamente en la gestión de la empresa sino en el reparto de utilidades, y lógicamente la mejora en las condiciones de trabajo y producción, todos ellos, comprometidos con este importante e inédito proyecto político.

Como bien se comprenderá y a la luz de la fuente histórica, este importante movimiento opositor cuidadosamente preparado, era una de las primeras manifestaciones políticas a nivel nacional organizada en contra el gobierno militar y su propuesta reformista, protestas que al igual que la comentada líneas arriba, tubo la capacidad de influir decididamente en partidos políticos de derecha izquierda, en líderes y dirigentes políticos y gremiales, en organizaciones populares, campesinas, de nivel nacional, que “preocupados” por el avance de tan singular proceso político y observando absortos la pérdida de su privilegiado campo de acción, beneficios y privilegios; unieron esfuerzos, capacidades y voluntades para combatirlo incansablemente, sabotearlo, hasta lograr primeramente la caída de Velasco Alvarado, el ascenso de Morales Bermúdez a la Presidencia de la República el dramático viraje de la política gubernamental luego, la convocatoria a elecciones para la Asamblea Constituyente de 1978, y con ella la restauración de la “democracia” en el país.

Dos acontecimientos políticos trascendentales en la Historia Política Local, Regional y Nacional reciente, que evidentemente debe ser comprendida, valorada y tomada por los gobernantes de turno como importantes referentes para canalizar la lógica y esperada demanda ciudadana y una excelente lección para evitar en la medida de lo posible excesos, desbordes y desterrar para siempre la violencia e irracionalidad conductas secularmente presentes en una sociedad como la nuestra y que tanto daño y dolor causó a nuestra querida Patria y a nuestro pueblo.

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