A 45 AÑOS DEL PRIMER GRAN TORNEO DEPORTIVO INFANTIL CUSQUEÑO “DESCUBRIENDO CRACKS” 1964.-
ANTROP. ALFREDO GERMAN CORNEJO PARDO
Marcando distancias con una costumbre tan común en nuestro medio cual es la de desmerecer virtudes y atributos personales, creación y aportes científicos, intelectuales, artísticos o culturales, en general obras positivas de nuestros contertulios, y en el propósito de rescatar del olvido colectivo sucesos que definieron la Historia reciente de nuestra ciudad particularmente en el ámbito deportivo, y de otro lado rendir el merecido y justo homenaje a, Luther Ochoa Luna, mentor, e incansable conductor, correcto hombre de prensa, instalado en nuestra histórica Capital hace ya más de cuatro décadas con los sueños e ilusiones propias de los grandes; haciendo honor al nombre que la Historia Universal y el destino le ha asignado responsabilidades trascendentales por ser precisamente sinónimo de inclaudicable innovador; generacionalmente comprometido con transformar las obsoletas estructuras en este caso deportivas imperante no solo en la localidad sino en el país en su conjunto y animado de un indoblegable espíritu propio de canchinos; organizó y dirigió por primera vez en la historia deportiva de la ciudad, el PRIMER GRAN TORNEO INFANTIL Y CALICHIN DE FUTBOL, denominado “DESCUBRIENDO CRAKS,” allá por el año de l964, importante, novedoso y ansiado evento deportivo que tuvo el noble e invalorable propósito de movilizar, entusiasmar y participar a una brillante generación de niños y jóvenes deportistas, brindándoles una excelente ocasión para demostrar y exhibir sus innatas habilidades futbolísticas y de otro lado, hacer vibrar de emoción a una somnolienta ciudadanía y afición cusqueña, grandemente deseosa de ver nuevos rostros y nuevos deportistas en el cansino futbol de los Nacch!a, los Castañeda, los Bucetich, Araoz, Jorge y Pepe Antich, el corcho Salazar, de Godofredo Arriola, él viejo Ugaz, del curo Delgado, o del cheche Vásquez, y de tantas gloriosas figuras hoy postradas en el olvido,
De la innovadora y trascendental iniciativa de Luther y concreción de ese gran acontecimiento deportivo infantil disfrutado intensamente por cientos de niños y palomillas púberes, de entusiastas padres de familia, aficionados y público en general, a la fecha han transcurrido 45 largos e inolvidables años, espacio de tiempo suficiente como para que, apoyándonos en el grato recuerdo que como privilegiados protagonistas guardamos en lo que fuera nuestros inicios en la sana competencia deportiva; hacer el recuento y relato apasionado de lo que fuera en aquella ya lejana infancia y mejor aún, gran torneo futbolístico; emociones y experiencias entre las que podemos describir por ejemplo, los desordenados pero entusiastas ajetreos para lograr nuestra inscripción y consecuente participación en tan esperado campeonato, el recuerdo de la obligada vigilia y la preocupación por lo que sería al día siguiente, el resultado del encuentro y particularmente el nivel de nuestro desempeño y aporte al equipo; la nostálgica remembranza de las alegrías y satisfacciones experimentadas en el curso de la competencia incluido los cotidianos entrenamientos, del aliento y aplauso de nuestra numerosa hinchada; de saborear y celebrar los triunfos, y lamentar las eventuales derrotas consecuencia lógica en toda competencia. Aprendizajes trascendentales en nuestra corta existencia, como los de abrigar íntimamente los deseos de éxito, triunfos, de gloria, de acumulación de conocimientos, habilidades y destrezas, dé valores, principios ético-morales que definitivamente contribuirían a la forja y logro de nuestros sueños, ilusiones y objetivos personales, familiares, laborales y profesionales.
Hoy, cuatro décadas y media después; inmersos en una realidad social y deportiva totalmente diferente a las de aquellos tiempos, observando indignados e impotentes la severa e interminable crisis que afecta y afecta el futbol local y nacional, desalentados por la inviabilidad de la legislación y estructura deportiva nacional, la incapacidad improvisación e inmoralidad dirigencial, la inacabable vigencia de figuras e íconos intocables del balompié nacional que si bien es cierto son todo un ejemplo de vida y disciplina, se constituyen en insalvables escollos para la renovación, es decir el surgimiento, promoción y encumbramiento de nuevos valores. En este nefasto y desalentador escenario deportivo, es que la organización y desarrollo del primer torneo de futbol denominado “DESCUBRIENDO CRACKS”1964; adquiere una connotación e importancia para el futbol cusqueño, trascendental, la misma que con la serenidad y lucidez que brindan el paso de los años, la rememoramos en su grandiosa dimensión y en este propósito, compartir gratos recuerdos con los amigos de antaño y con los de hoy.
Primeramente una de las más importantes y visionarias contribuciones de Luther Ochoa Luna al deporte local y porque no decirlo nacional con la organización del primer campeonato calichin infantil de futbol “DESCUBRIENDO CRACKS” fue fundamentalmente la de brindar una oportunidad seria y convenientemente organizada a niños y jóvenes deportistas para la práctica de su deporte favorito, oportunidades ausentes hasta ese entonces por no existir a nivel gubernamental, y menos aún a nivel de las otroras ligas provinciales de futbol y a nivel dirigencial, políticas de organización y promoción del deporte infantil y juvenil reduciéndose en esos tiempos la posibilidad de formación y surgimiento de nuevos valores únicamente al entusiasmo y dedicación de ilusionados padres de familia en ver convertir a sus hijos en figuras del deporte local con la organización de eventuales “pichanguitas” en calles y polvorientas canchitas de los más populosos barrios de la ciudad como son por ejemplo San Cristóbal, Wanchaq, Santa Ana, San Blas, Picchu, Santiago, Saphy, etc. (añoradas canchitas como las de Huáscar, Layco, Bancopata,Ttio, Ayahuayqo San Cristóbal y Sacsayhuaman mudos y excepcionales testigos de inolvidables jornadas futbolísticas infantiles). Disputados y acalorados encuentros celebrados por exaltados equipistas y bulliciosos barristas y que en una mayoría de las veces culminaban con enfrentamientos y grescas mayúsculas, pero al fin y al cabo choques y broncas componentes infaltables de la fiesta y emoción deportiva barrial.
Otro de las contribuciones trascendentales que tuvo el primer torneo deportivo de futbol “DESCUBRIENDO CRACKS”, evidentemente es el referido al aspecto formal, institucional y organizativo de los clubes inscritos entre los que destacaban por ejemplo las exigentes condiciones y requisitos dispuestos para participar en dicho torneo los que iban desde la existencia de una especie de “bases” que disponía la existencia de una Junta Directiva, un entrenador un cronograma de entrenamientos semanales, la ubicación de la sede institucional, la realización y aprobación de acuerdos en asambleas y llevar los libros de actas respectivos en el que se anotaba los pedidos y acuerdos más importantes para la vida institucional y junto a ellos la impecable, disciplinada y puntual presentación de los jugadores a la hora de afrontar los partidos. Tiempo de duración de los mismos límite de cambios, sanciones a indisciplinados, estímulos y lo más apreciados por deportistas en inicio, la publicación periodística en las páginas Diario el Comercio auspiciador del evento, los nombres y fotografías de los más destacados jugadores de la fecha, hechos por demás inéditos en un medio acostumbrado a no ver este tipo de estímulos. A no dudarlo eran tiempos mejores y más aún, seriedad, probidad y dedicación a tiempo completo a la tarea organizativa y dirigencial, y todo sin esperar recibir ningún tipo de recompensa únicamente la íntima satisfacción de ver sonreír a niños, jóvenes, padres de familia y aficionados en general.
Finalmente y ubicados en el ámbito estrictamente deportivo rescatar y valorar el trascendental aporte de Luther Ochoa en el esperado despegue del futbol cusqueño, el mismo que viera sus frutos al finalizar la década de los sesenta y casi toda la década de los setenta, tiempos en los cuales una brillante promoción de futbolistas una gran mayoría surgidos de las canteras de primer torneo “DESCUBRIENDO CRAKCS”; encumbraran el deporte cusqueño a niveles cuasi profesionales con equipos e instituciones sólidamente representadas, ejemplos de ello se tienen por ejemplo en el Cienciano, Garcilaso, Universitario, Agronomía, Manco Ccapac, Atlético Cusco, Tahuantinsuyo, y Pachacutec, clubes en la real acepción del término, y que en cada fecha no solo convocaban y hacía delirar a una cada vez más creciente afición con un atildado y excelente nivel futbolístico, sino también convirtiendo al vetusto estadio Garcilaso en el primer escenario deportivo del sur del país.
Evidentemente que ya son lejanos los días y las gloriosas tardes de futbol de calidad, futbol elegante y vistoso futbol disputado ardorosamente sin ningún tipo de temores es decir de entrega total en defensa de la camiseta con pundonor y vergüenza deportiva, virtudes cualidades deportivas hoy lamentablemente ausentes de las canchas. Vibrantes encuentros disfrutados y aclamados por miles de espectadores que afanosos, llenaban las viejas tribunas del Garcilaso, caros y lejanos recuerdos que hoy en día con un agónico y muy venido a menos futbol profesional, y con los títulos internacionales obtenidos por nuestro querido Cienciano, no se repiten, y creemos mientras subsista esta obsoleta estructura deportiva nacional y ésta indeseada casta dirigencial; no se repetirán.
Al cumplirse cuarenticinco años de la organización y realización de este importante evento deportivo, y contemplar a Luther Ochoa Luna con muchos años más a cuestas, empeñado firme y tercamente en su trabajo periodístico y en su irrenunciable labor organizativa y dirigencial; sugerir primeramente a su gremio profesional, a la prensa cusqueña en general, a las autoridades y dirigencia deportiva local, particularmente al flamante Alcalde de la Honorable Municipalidad del Cusco, a brindarle un justo y merecido reconocimiento a tan loable y permanente labor, concediéndole el Honorable Título de Hijo Predilecto de la ciudad y de otro lado fijar una asignación pecuniaria de por vida a quien a lo largo de su fructífera existencia diera todo de sí al deporte promocional sin exigir nada a cambio, creemos que este sería la justa recompensa en vida a un distinguido ciudadano, gran profesional, visionario promotor y descubridor de talentos futbolísticos y mejor dirigente. A tal Señor, tal Honor.
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