martes, 12 de julio de 2022

 

EL MAS VIL DE LOS OFICIOS

ELOY JAUREGUI

La República 12-7-22

“Toda mi vida he defendido a mis colegas, pero esta vez no. Estoy harto de los noticieros de América Televisión, esos informativos y sus programas de entretenimiento que desde las 5 a.m. me embarran el día con lo peor del policial mañanero”.

Juan Villoro tiene una frase: “Estudien, muchachos, o van a terminar de periodistas”. Algo así decía el recordado Alfonsito Reyes mientras cantaba un valse de Cavagnaro: “Ella está de cualquier cosa y su hijito de periodista”. Bien, como vemos, los periodistas no salimos bien librados y ya no somos “culturosos” como hubiese señalado Genaro Delgado Parker.

Y es que la cultura es el nervio social que nos protege de la banalidad. Y eso es irrefutable. Pero lo peor es que seguimos perdiendo el tiempo en estupideces sin prestar atención a lo importante. Y así están los mas media de hoy, tan vergonzantes como ser de la DBA o seguidor de Rafael López Aliaga.

Ese es el tiempo. Culifruncido y aspaventoso. En ese tinglado vivimos y trabajamos. Yo con el rabo entre las patas luego de ver la pasividad de mis colegas cuando Velasco expropió todos los medios en 1975. Después de los Uchuraccay en 1983. Luego de la venta de la líneas editoriales por Fujimori y Montesinos en 1988 y después, la imposición del monopolio de los medios a cargo de El Comercio.

Lo siento, pero lo tengo que decir. En esas circunstancias los gremios periodísticos se metieron la lengua al bolsillo. Y hoy existen algunos que viven orgullosos de ser hombres de prensa y trabajar en los fastos de la libertad de expresión e información.

Y lo digo sin censuras, ese pasado es ignominioso. Pero ahí están los herederos, los periodistas de Cuarto Poder y el Canal N, quienes fueron retratados para la posteridad alzando su voz de protesta por lo ocurrido con dos de sus periodistas víctimas de los ronderos de Chota.

Ese atropello, en el mejor estilo de las tácticas de Keiko Fujimori, ya fueron aclarados pero debo admitir que tan abnegado gesto tenía un solo fin, crear el desgobierno y la anarquía orquestada por la derecha y las bandas fujimontesinistas.

Toda mi vida he defendido a mis colegas, pero esta vez no. Estoy harto de los noticieros de América Televisión, esos informativos y sus programas de entretenimiento que desde las 5 a.m. me embarran el día con lo peor del policial mañanero.

Ese es el mundo que les tocó construir, donde los héroes son los ladrones y las víctimas, las vecinas de Ticlio Chico. El resto es ‘Bebito fiu fiu’ y cuántas zapatillas tiene Jefferson Farfán. Mientras, yo solo les pido a sus televidentes que lean, que gocen de los libros para aprender a pensar, desintoxicarse y reparar las heridas que nos han dejado estas horas de iras y rencores.

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