Dos noticias de innegable connotación política, alborotaron el cotarro político, nacional y claro; sin duda alguna, indignación en muchos cusqueños.
El primero, las temerarias e impertinentes declaraciones hechas por el ciudadano español, Mario Vargas Llosa, este fin de semana a un canal de televisión limeño, en la que traicionando como lo hiciera en sus años mozo a los revolucionarios ideales socialistas, hoy; de una publicitada y extraordinariamente remunerada postura democrática; sin respeto por las instituciones y autonomía como las del JNE, la soberana voluntad popular, la convivencia pacífica y el recuerdo a las miles de víctimas de la violencia terrorista que devastara a cientos y miles de familias peruanas; abiertamente hace abierta apología a la violencia, y sin inmutarse; anuncia que “si se proclamara la victoria de Castillo, “tendremos que manifestar una oposición en las calles muy permanentemente para evitar catástrofes”.
De Ripley; un extranjero que reside muchos años en España, ignorante “in extremis” de la realidad nacional, convoca a salir a las calles a generar caos. A ver si tiene los pantalones de salir siquiera un momento de las lujosas suites de hoteles donde se hospeda.
La segunda es otra “terrible amenaza” ya no de un escritor famoso decadente, sino de desubicados e ignaros limeñitos que aprovechando el anonimato y la desbocada libertad que ofrece las redes sociales, anuncian boicotear el turismo hacia el Cusco, recomendando a sus amigos del Perú y el extranjero optar por otros destinos turísticos y no venir a una ciudad comunista, como es el Cusco.
Y para colmo de males, la nota, despertar un inusitado pánico en el conductor de un noticiero televisivo, que ignorante de la importancia histórico-cultural mundial de nuestra ciudad como el más importante destino turístico del hemisferio, y que si los visitantes vienen al Perú no es por Lima la centralista, sino vienen por el Cusco y Machu Picchu; todo cariacontecido pergeñaba oralmente desastrosos escenarios económico-sociales para la ciudad, sin entender que Lima la centralista y esos áulicos del “capitalismo criollo”, son los que más se benefician del turismo que genera la riqueza cultural cusqueña; que los cusqueños.
Sin Cusco y el Ande; Lima, tal como profetizará en su momento la religiosa peruana Santa Rosa; Lima, inexorablemente perecería.
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