QOSQO AYER Y HOY
UNA NECESARIA E ILUSTRATIVA EXPLICACION
ANTROP. GERMAN CORNEJO PARDO
La reciente publicación de mi artículo titulado” QOSQO; CAMBIOS Y PERMANENCIAS”, a más de significar el anhelado retorno al quehacer periodístico de análisis y opinión en calidad de colaborador del más importante diario cusqueño luego de más de veinte años de obligada ausencia física de nuestro lar querido por estrictas razones de crecimiento y desarrollo personal y profesional ; constituidos nuevamente en el seno del calor familiar con la satisfacción del deber cumplido y haber logrado la madurez en nuestra reflexión y práctica teórico-profesional , gracias a la privilegiada oportunidad brindada por la Facultad de Ciencias Sociales de la muy querida y añorada Universidad Nacional del Altiplano de la ciudad de Puno, en condición de docente ; me permite hoy, dar respuestas a interrogantes e inquietudes que aún en pleno Siglo XXI, se formulan en círculos académicos, científicos, profesionales, laborales, gremiales y en la colectividad en general y que para alegría nuestra fueron también formuladas por algunos amables lectores y algunos amigos que tuvieron a bien de leer el artículo de marras.
Se pregunta ese importante sector de la población ¿qué sentido tiene para el individuo, la familia, la sociedad y el Estado la conservación de la memoria colectiva, las tradiciones, la música, la danza, la religiosidad, en sí el conocimiento cabal de la Historia como rectoras de la conducta social ? precisamente en épocas en las que la sociedad humana y fundamentalmente los centros hegemónicos mundiales formulan y ejecutan el proyecto globalizador en la economía, la política y fundamentalmente en las comunicaciones; concepciones y paradigmas de profundo contenido individualista, utilitarista y pragmático, donde el “mercado” se convierte en una deidad, la lógica de la exclusión de mayorías pobres crece inversamente proporcional a la acumulación de riqueza en manos de una minoría, donde el Estado como expresión jurídica de la sociedad se aleja y desentiende progresivamente de sus obligaciones fundamentales, donde la irracional explotación de los recursos naturales , la contaminación ambiental, aceleran las consecuencias del efecto invernadero; y donde la corrupción y el asalto impune a las arcas del Estado es una práctica cuasi institucionalizada.
Pues bien, en este contexto y dramático escenario nacional e internacional consideramos necesario recurrir a la Ciencia Antropológica para dar cuenta de estos problemas y responder esas lógicas y comprensibles inquietudes e interrogantes.
Partimos de la constatación histórica de que la cultura Inca fue una de las siete culturas originarias del mundo y de la Historia Universal , y, Qosqo a más de ser su cuna, es, como dice las sagradas letras de su himno “ invencible bastión de su raza” y como hace siglos, gracias a su innegable importancia histórico-cultural, continua acumulando títulos , como el de “Patrimonio Cultural de la Humanidad” por cierto no únicamente por los portentosos e incomparables monumentos arquitectónicos como Machu Picchu una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, sino también en mérito a constatar absortos, la supervivencia heroica y triunfal de una numerosa población otrora sometida a un oprobiosa y etnocida opresión colonial y hoy siglos después, depositaria de los más egregios valores morales andinos del no robar, no mentir y no ser ocioso; de construir persona, familia, sociedad, estado, solidariamente y luego crear cultura y arte en un medio geográfico duro y muchas veces hasta hostil como son los Andes, hasta lograr una convivencia armoniosa y fructífera con la naturaleza de la cual evidentemente el “runa” se siente un elemento más por cuya razón desarrolla un profundo sentimiento de apego y afecto en grado sumo, porque sabe y comprende que ella (la tierra) al igual que él posee vida y sentimientos.
La dramática ruptura de un proceso histórico autónomo por la invasión española a los Andes, en el S.XV, determinó la lamentable consecuencia entre muchas, el despojo y aniquilamiento cruento de nuestras raíces y recia personalidad colectiva con la subsecuente condena a la humillante condición de parias, de extraños y advenedizos en nuestro propio terruño, enemigos de nuestras propias familias, finalmente de delatores, para lograr la benevolencia del invasor. En este contexto es que adquiere singular importancia social y cultural la conservación de la memoria colectiva y el recuerdo, como bien señala el maestro Basadre “la Historia sirve para sacar a los niños y a los hombres de sí mismos, para colocarlos en una consciente relación con el mundo en que viven, para hacerlos considerar como actores y autores de un gran drama que empezó antes de que ellos mismos nacieran y que abre perspectivas que trascienden en mucho a cualquier personal fin en interés e importancia”. De otro lado la Antropología como Ciencia Social adquiere singular importancia porque con el concurso del método científico traduce la importancia y contenidos socio-culturales de prácticas sociales ancestrales como la oralidad, las fiestas religiosas, la música, la danza, el mito, para definir la identidad e integración de los pueblos, orientando sus conductas a la consecución y logro de sus más caras y sentidas aspiraciones.
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